Migrants here to provide maximun benefit

Today, 27/1/2019, Sajid Javid UK Home Secretary laid out that the Govt sees immigrants as an asset to generate a “maximum benefit”.

May´s thing with immigrants and freedom of movement

A couple of years ago I published research that examined how migrants were constructed both in the UK immigration legislation and in the information delivered through the UK Border Agency website. We wrote this in 2015 well before the Brexit Referendum. I read this again today and have realised how naive we were. The following is part of our conclusions:

What our results seem to suggest is that for the UK Administration, the issue of immigrant integration is not part of how immigrants are constructed in the legislation and the information that the UK immigration agencies and authorities publish and distribute. This failure to mention integration issues in the legislation is not found in other legal systems such as in Italy, where Hernández González (2016) discovered a tension between inclusion/integration and exclusion/control in the same 2007–2011 period. The language-driven evidence provided in this study corroborates that the use of the lemma ‘migrant’ in the two corpora analysed calls for a partial construction of immigrants mainly as workers who need to be tightly controlled and classified into Tiers to prevent unlawful behaviour. In doing so, migrants, an alternative word for immigrants in our research context, acquires an extremely subtle negative prosody.

Pérez-Paredes, P., Aguado. P. & Sánchez, P. (2017).  Constructing immigrants in UK legislation and Administration informative texts: a corpus-driven study (2007-2011). Discourse & Society,28,1,81-103.

Inmigración y lenguaje (Defensor del lector El País)

No se trata de un debate nuevo. En abril, la agencia AP corregía su Guía de estilo y prohibía la expresión “inmigrante ilegal”. Ilegal, argumentaba su responsable, es una acción, jamás una persona. Tampoco se aceptaba como sustituto “indocumentado”. El diario Los Ángeles Times también introducía correcciones en su manual de estilo en mayo para insistir en que no debe usarse la expresión “inmigrantes ilegales” y que la alternativa sugerida en 1995 de “inmigrantes indocumentados” se consideraba ahora imprecisa porque muchos de ellos tienen algún tipo de documento, aunque carezcan de visado. USA Today seguía la senda de AP y notificaba a la redacción en abril la prohibición del citado término, pero, a diferencia de la citada agencia, aceptaba el empleo de “inmigrante indocumentado”. En este baile de terminología faltaba The New York Times. Su defensora del lector, el año pasado, apoyó el uso del término “inmigrante ilegal” porque lo encontraba claro, preciso y fácil de entender. A finales de abril de este año y tras recibir una petición firmada por 70.000 personas para que cambiara de criterio, el diario persistió con matices en su posición. En un comunicado explicaba que continuaría permitiendo la citada expresión para definir a quien entre, viva o trabaje en EE UU sin autorización legal, aunque animaba a los redactores a considerar alternativas cuando se tratara de explicar las específicas circunstancias de una persona. En el mensaje editorial, el diario afirmaba que los defensores de una posición en este debate reclaman a las organizaciones periodísticas “únicamente emplear los términos que ellos prefieren” y aseguraba que “no es tarea nuestra tomar partido”. El Libro de estilo de EL PAÍS hace años que proscribió el uso de “inmigrante ilegal” y propone “inmigrantes indocumentados” o “en situación ilegal”. De hecho se han instalado otras fórmulas como la expresión “sin papeles” que, cuando se emplea sin sujeto, algunos lectores consideran despectiva. El Libro de estilo de Canal Sur, por ejemplo, aconseja no incorporar como rutina esta expresión. Con todo, se trata de una manera aceptable de eludir la connotación delictiva que va asociada a términos como “ilegal”, primando una circunstancia administrativa.

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Inmigración y lenguaje (Defensor del lector El País)

No se trata de un debate nuevo. En abril, la agencia AP corregía su Guía de estilo y prohibía la expresión “inmigrante ilegal”. Ilegal, argumentaba su responsable, es una acción, jamás una persona. Tampoco se aceptaba como sustituto “indocumentado”. El diario Los Ángeles Times también introducía correcciones en su manual de estilo en mayo para insistir en que no debe usarse la expresión “inmigrantes ilegales” y que la alternativa sugerida en 1995 de “inmigrantes indocumentados” se consideraba ahora imprecisa porque muchos de ellos tienen algún tipo de documento, aunque carezcan de visado. USA Today seguía la senda de AP y notificaba a la redacción en abril la prohibición del citado término, pero, a diferencia de la citada agencia, aceptaba el empleo de “inmigrante indocumentado”. En este baile de terminología faltaba The New York Times. Su defensora del lector, el año pasado, apoyó el uso del término “inmigrante ilegal” porque lo encontraba claro, preciso y fácil de entender. A finales de abril de este año y tras recibir una petición firmada por 70.000 personas para que cambiara de criterio, el diario persistió con matices en su posición. En un comunicado explicaba que continuaría permitiendo la citada expresión para definir a quien entre, viva o trabaje en EE UU sin autorización legal, aunque animaba a los redactores a considerar alternativas cuando se tratara de explicar las específicas circunstancias de una persona. En el mensaje editorial, el diario afirmaba que los defensores de una posición en este debate reclaman a las organizaciones periodísticas “únicamente emplear los términos que ellos prefieren” y aseguraba que “no es tarea nuestra tomar partido”. El Libro de estilo de EL PAÍS hace años que proscribió el uso de “inmigrante ilegal” y propone “inmigrantes indocumentados” o “en situación ilegal”. De hecho se han instalado otras fórmulas como la expresión “sin papeles” que, cuando se emplea sin sujeto, algunos lectores consideran despectiva. El Libro de estilo de Canal Sur, por ejemplo, aconseja no incorporar como rutina esta expresión. Con todo, se trata de una manera aceptable de eludir la connotación delictiva que va asociada a términos como “ilegal”, primando una circunstancia administrativa.

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